Ana Mireya Borboa.

El objetivo de este espacio es brindar al lector en general y, a los estudiantes de psicología en particular, la oportunidad de conocer, analizar y reflexionar sobre casos que llegan a la consulta psicológica. Considero que al compartir estos casos servirá como apoyo a los estudiantes para que, con base a sus conocimientos adquiridos en la carrera y su observación, pueda dar continuidad a la historia desde una propuesta de intervención.

Por otro lado, se pretende que el lector en general, ya sea joven o adulto, se concientice sobre lo que pasa a su alrededor y, dejar margen para que, con base en sus experiencias personales y observación utilicen la imaginación y den continuidad al caso.

También es de mi interés, al compartir estos casos que las personas se den cuenta y acepten que hay momentos en los que se necesita acudir al apoyo de un profesional para aprender y desarrollar las herramientas necesarias para un  crecimiento personal saludable.

Cabe aclarar que los casos que compartiré son de mi trabajo como psicoterapeuta y que los nombres de los personajes han sido cambiados para respetar la confidencialidad.

Otro objetivo de este espacio es desarrollar y compartir temas de psicología como: ansiedad, depresión, estrés, crisis personales, problemas de pareja, problemas familiares, laborales, de autoestima, duelos, gestión de emociones, autoconocimiento, logro de metas y demás relacionados con la disciplina.

Les comparto el siguiente caso:

Briseida

Briseida es una joven de 25 años, casada con dos hijos. Actualmente está estudiando la carrera técnica de mercadotecnia. Ella decidió venir a la consulta porque dice sentirse muy desorientada, refiere que se siente atrapada en un mar de sentimientos encontrados y que hasta ha pensado en suicidarse. Cuando se le pide que cuente su historia ella rápidamente responde de forma ansiosa:

_ ¡Pero por dónde empiezo! ¡No sé por dónde empezar, son tantas cosas!

El orientador, con una actitud comprensiva, le sugiere:

_ Empieza por donde se te haga más fácil.

Briseida se queda un momento en silencio, dando la impresión de estar poniendo sus pensamientos en orden, y luego toma una respiración profunda y empieza a hablar:

_ Yo tengo problemas familiares desde mi infancia y ahora los tengo con mi pareja. Desde que empezó mi relación de pareja comenzó mal; ha habido golpes y mucha agresión verbal por parte de él y pues yo he aprendido a no dejarme.

En este momento Briseida se queda en silencio, y en su rostro se percibe tristeza, luego continúa:

_ Mi historia es que yo, cuando estaba en la prepa, en mi salón había un muchacho que me gustaba mucho. Nos hicimos amigos y después novios. Para no hacer larga la historia, empezamos a tener relaciones sexuales pero después él se casó y yo me alejé, pues pensé que no tenía caso. Al poco tiempo de esto yo conocí a su hermano y nos hicimos amigos. En una ocasión que andábamos en una fiesta, él me dijo que quería andar conmigo y yo le platiqué que anduve con su hermano y que hasta relaciones sexuales había tenido con él. Él me dijo que no había problema pues me quería.

De nuevo guarda silencio y dando un suspiro muy profundo continúa.

_ Empezamos nuestro noviazgo muy bien, parecía que todo funcionaba a la perfección y decidimos casarnos.

Con una actitud de reclamo dice:

_ ¡pero ahora dice que no soporta ese pasado y que yo jugué con los dos! Yo no puedo hacerle entender que eso no es cierto. Tengo mucho coraje porque me siento engañada pero al mismo tiempo pienso que es mi culpa, que yo soy la que está mal pues no debí casarme con él si ya había andado con su hermano; ahora tengo que soportar sus golpes y sus ofensas.

Briseida empieza a llorar y entre lágrimas continúa su historia:

_ No sé qué hacer, me siento atrapada y desesperada… lo que sí tengo claro, es que quiero terminar con todo esto…pero no sé cómo hacerle… si me divorcio ¿qué voy a hacer? Tengo dos hijos ¿Cómo le haría para mantenerlos? No puedo trabajar porque estoy estudiando…Me metí a estudiar pensando que con una carrera puedo trabajar en algo bien y poder mantener, yo sola, a mis hijos y divorciarme… Pero ¡Ay, ya no aguanto más!

Como se observa, solo se narra el contexto general con el que llega la persona a la terapia, a ustedes toca darle la continuidad y si eres estudiante de psicología, te sugiero observar, analizar y decidir cómo intervenir en este caso y comparte tu decisión con tu maestro de clase.