Por: Consuelo Ramirez

Esta pandemia de COVID-19 nos sorprendió, nos causó incertidumbre, dolor, ansiedad, angustia y MIEDO. Pero hubo muchos que antepusieron su miedo por el deseo de ayudar a otros y que se quedaron firmes y dispuestos a atender a quien lo ocupara arriesgando así su propia vida. Fueron filas de valientes vestidos de blanco en todo el mundo esta clase de servidores de la salud se distinguieron por su devoción a su trabajo, su vocación quedo mas que confirmada al haber permanecido en sus puestos con las manos extendidas para ayudar al necesitado, suministrándoles tratamiento médico, dándoles ánimo, esperanza apoyo moral o sosteniendo su mano mientras partían a la oscuridad de la muerte solos, porque sus amados no podían estar con ellos.

Es el caso de Blanca Calderón, residente de Yuma AZ, y Certificada como Asistente de Enfermera (CNA). Brinda sus servicios en un reconocido Hospital aquí en esta ciudad. Al conocerla y platicar con ella, me emocione porque tenía tiempo queriendo oír la experiencia de quienes estuvieron haciendo frente con valentía a ese mal tan contagioso y agresivo. Me dijo: “Haber trabajado directamente atendiendo a estos pacientes enfermos de COVID fue el mayor reto de mi vida, sufrí y llore junto con ellos , me sentí impotente al no tener el poder para aliviarlos, y le di muchas gracias a mi Dios Jehová por darme la fuerza necesaria y el valor de estar junto a ellos para brindarles palabras de consuelo y un poco de alivio y compañía, estaba cumpliendo con mi deber, y eso me hacía sentir bien, porque pensaba que Dios me estaba usando para llevar alivio a los enfermos, y eso lo sentí como un gran privilegio. Nunca pensé en que me podía contagiar siempre me ocupe en quien me necesitaba, eso me ayudo, eso si me protegía bien, con el equipo completo y seguro que el hospital hizo disponible para todos nosotros, el equipo me lo dieron ellos pero el valor, la compasión y el amor por mi prójimo y su cuidado amoroso me los dio Dios y a él le agradezco haberme acompañado y cuidado durante la crisis mas fuerte y hasta ahora.” Blanca es una persona muy amable, servicial muy creyente, disfruta de leer su biblia y compartir con otros lo que aprende, es amante de la buena lectura, es social y muy alegre. Sus primeros logros y de los que se siente orgullosa es que después que emigro de su país México, San Luis RC para venir a Estados Unidos y de haber trabajado en los files como campesina agrícola, asistió a El Colegio y aprendido el Idioma del país, revalido sus estudios básicos generales y se certificó como asistente de enfermera. Para conocerla un poquito más le pregunte acerca de ella. ¿Tus miedos? No poder valerme por mí misma, la vejes, enfermedades drásticas como el cáncer. ¿Tus alegrías? Agradar a Dios, atender a personas que realmente lo necesiten y gozar de salud hasta el momento.

¿Tus metas? Llegar a ser una enfermera registrada, aunque parece que el tiempo ya me gano, porque no soy una jovencita.
¿Experiencias en tu trabajo? Muy bonitas y otras no tanto, hay personas muy amables y agradecidas que se recuperan y vuelven a darnos las gracias por nuestro cuidado y atención, y al mismo tiempo otros que son prepotentes y hasta groseros a veces, pero me quedo con lo bueno. Mi deseo cumplido es poder ayudar a la gente y espero seguir haciéndolo mientras pueda y tenga las fuerzas necesarias hasta llegar al final, esta es una hermosa carrera que trae mucha satisfacción, ser útil a los demás y llevarlos un poquito de alivio, no solo físico sino moral también. Su mensaje fue: una invitación a cuidar nuestra salud física y mental, pero también espiritual, porque así tendremos una calidad de vida mejor.

Agradezco mucho a mi entrevistada Blanca Calderón la facilidad de haberme permitido cumplir con mi deber como comunicóloga que es resaltar el buen trabajo y reconocer la aptitudes y buenas acciones de quienes nos rodean y muchas veces pasan desapercibidos. Y aprovecho para mandar mis respetos, agradecimiento y reconocimiento a todos los valientes vestidos de blanco que en esta pandemia mundial se distinguieron por su valor y entrega arriesgando sus vidas por el bien de los demás. Y al igual que sus uniformes blancos sin duda sus corazones lo son aún más.