Por: Ana Mireya Borboa
Bien sabido es que el confinamiento o aislamiento social en el que estuvimos por causa de la pandemia virus SARS-COV-2 (Covid-19), provocó en gran parte de la ciudadanía, si no es que en toda; una serie de malestares tanto físicos como psicológicos y emocionales. Al suspenderse las actividades ̈no esenciales” y estar en confinamiento, muchas personas experimentaron, en primera instancia, sentimientos de tristeza, enfado, y molestia o enojo; conforme avanzaron las semanas de confinamiento se empezaron a observar síntomas de depresión, alteración del sueño, ansiedad, estrés y síntomas psicosomáticos, entre otros.
Ahora que empieza el regreso a las actividades de forma presencial, es importante prepararse a este proceso de desconfinamiento ya que reintegrarse a las actividades presenciales como el trabajo, los estudios, la vida social y las demás actividades, en espacios públicos, implica un cambio que puede tornarse algo difícil desde el punto de vista emocional por varios factores; entre ellos está, el haberse adaptado a permanecer en casa, sentirse seguros y desde ahí realizar algunas de sus actividades laborales o educativas; el temor de entrar en contacto con grupos de personas y reintegrarse a su lugar de trabajo son experiencias que pueden provocar estrés o ansiedad y en algunas personas síntomas similares a las crisis de pánico o de depresión.
Por todo lo anterior mencionado, es importante que desde el hogar se prevenga positivamente el regreso a las actividades presenciales. Por tal motivo, se sugiere restablecer el equilibrio físico y mental por medio del cuidado de la alimentación saludable y a sus horas, dormir lo suficiente, hacer ejercicio, tener convivencia familiar para fortalecer los lazos afectivos, limitando para esto el tiempo que se dedica a los celulares, videojuegos y computadoras.
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También, se sugiere que realices salidas progresivas, poco a poco, antes de reintegrarte al trabajo o a la escuela, esto ayuda a disminuir la ansiedad; muy importante que pienses, a nivel consciente que el regresar a las actividades presenciales es algo que tarde, que temprano se va a dar, así te preparas mentalmente para hacer frente al temor o inseguridad que puede generarte el regreso a las actividades presenciales.
No olvidar continuar con las recomendaciones de las autoridades sanitarias, promover el autocuidado y no exponerse a la información falsa, buscar las fuentes oficiales e informarse de lo más relevante una vez al día es suficiente.
Por último, si los malestares persisten y se somatizan con dolores de cabeza, alteraciones del apetito, del sueño, dolores físicos, se recomienda buscar la ayuda profesional pertinente.