Por: Víctor Hugo Pacheco

 

La justicia social busca proteger en su gran mayoría a los privilegios más fundamentales del ser humano como lo son, la vida, la vivienda digna, el merecimiento a un empleo, y a formar una familia.  Se basa en la igualdad de oportunidades y en los derechos humanos, los cuales permiten el desarrollo de la persona y su crecimiento económico y social, la justicia social está basada en la equidad y es imprescindible para que cada persona pueda desarrollar su máximo potencial para una sociedad en paz, la justicia social pretende el equilibrio entre los diferentes sectores de la sociedad. Consagremos la expresión de justicia social en la traducción de que se visibilice lo visibilizado, las justicias sociales no pueden alcanzarse si no hay paz, si no se respetan todos los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Más allá del concepto tradicional de justicia social, la falta de la misma hace que las perspectivas de futuro de los niños y niñas en diferentes partes del mundo sean totalmente inciertas, definitivamente hablar de esta facultad nos lleva a pensar en “dos mundos paralelos” pero disgregados, donde hay fuertes contrastes entre los modos de vida de diferentes personas, es fácil detectar que no hay justicia social, aunque el discurso de todos los días se parlotee incansablemente. La justicia social es un tema que es necesario introducir desde la educación infantil, con el propósito de que desde la niñez adquieran contenidos de madurez alcanzando actitudes y competencias necesarias para poder desarrollar criterios del mundo y hacer visibles las diferencias y las injusticias del mundo hoy en día.

El concepto de justicia social surgió a mediados del siglo XIX por la necesidad de defender que es el principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera de una sociedad. El día de la Justicia Social se conmemora el día 20 de febrero de cada año, la Organización de las Naciones Unidas así lo estableció,  busca y tiene como fin el bien común de todos los ciudadanos del planeta, existen opciones; se puede seguir en la simulación o  bien podemos empezar a idear y llevar a la práctica una visión más humanitaria  y de crecimiento basada en la dignidad  de ser capaz de lograr eficacia económica, trabajo decente y sostenibilidad para todos, traduciéndose en una nueva era de la justicia social. Si la justicia social existe, debe de estar en todas partes, tiene que ser para todos; nadie puede ser marginado.

Todos los individuos o personas son iguales, por lo tanto, deben de recibir el mismo trato, desde la óptica de la equidad, todas las personas son completamente diferentes entre sí y por esto deben recibir un tratamiento diferenciado, que busque reducir las desventajas a fin de conquistar la justicia social tan esperada. Hay que reconocer que la justicia social es indispensable para la obtención del desarrollo social, la conservación de la seguridad y la paz en la sociedad Así mismo, es necesario conservar y atesorar derechos fundamentales como: educación, salud, alimentación adecuada y vivienda digna, el derecho al trabajo debidamente remunerado, entre otros. Por último, el derecho a la igualdad sin distinción de sexo, raza, credo religioso o posición económica.

Desgraciadamente a diario se evidencia la injusticia social y la verdad falta mucha voluntad política, el concepto de igualdad de oportunidades se hunde en la duda, la brecha cada vez con más agravamiento, anexemos la desigualdad y la exclusión que constituyen una amenaza para la cohesión social y el progreso humano de manera más general, la globalización, somos testigos de un proceso de transformación del mundo a un ritmo y a una escala sin precedentes. ¿Cómo podemos aprovechar estos retos para brindar oportunidades que permitan hacer realidad la justicia social? De igual forma podemos puntualizar que el logro de esta justicia social está indiscutible y estrechamente vinculado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Es evidente que la globalización no se ha traducido en una nueva era de prosperidad para todos. Se han logrado algunos avances en el ámbito del desarrollo y del reconocimiento de los derechos: reducción de la pobreza extrema, mayor participación de las mujeres entre otros aspectos, pero la globalización también ha supuesto grandes trastornos sociales, como el aumento del desempleo masivo, la deslocalización de trabajadores y empresas, la inestabilidad financiera,  la pobreza, valla el bienestar, así pues, la situación actual del mercado de trabajo sigue siendo particularmente precaria,  al igual que las desigualdades  han aumentado drásticamente, todo esto indica que aún falta mucho por solventar la justicia social, tanto las instituciones como todas las personas  no solo debemos  preocuparnos sino ocuparnos de este derecho humano.