Mtro. Víctor Hugo Pacheco
Cuando hablamos de contaminación lo primero que nos viene a la cabeza es una ciudad plagada de tráfico, basura tirada en la vía pública, con un ambiente irrespirable y lleno de humo que se sintetiza en contaminación. Sin embargo no es la única fuente de contaminación que puede perjudicar nuestra salud, dentro de la mayoría de nuestros hogares y de otros lugares existe otra contaminación que puede llegar a ser igual o más perjudicial, en nuestras viviendas existen sustancias químicas dañinas presentes en los más diversos productos del hogar y que pueden afectar nuestra salud. Sépase que aunque tu casa respire limpio hay determinantes agentes tóxicos que representan un riesgo para la salud ambiental del entorno y lógicamente para la salud personal.
Tóxicos que desprenden partículas que se quedan en el aire, en los objetos, en el agua y en los alimentos, los más comunes en casa son los ácaros de polvo, el moho y el polen, sustancias que están presentes en la naturaleza y en la humedad, responsables en gran parte de las alergias, de las inflamaciones de la piel y los ojos, así como el asma y otros problemas respiratorios. En el ambiente de nuestro hogar se es muy difícil respirar un aire sano, más aún con los hábitos que llevamos a cabo, al final la elección es simplemente de cada uno, por ejemplo si el hogar se ventila de forma eficiente o no, si se fuma dentro de la casa, si se utilizan métodos ambientales, entre otros; pero además hay que considerar la humedad, nuestras casas quizás pueden estar más contaminadas que el exterior.
Definitivamente todo es de acuerdo a nuestros hábitos, para actuar en el potencial auto sanador y regenerador del organismo, tenemos que iniciar un cambio trascendental en los estilos de vida que nos permitan vivir plenamente una salud personal desde el interior de nuestro entorno particular que es nuestra casa, debemos estar conscientes que esta contaminación existe y que es apremiante combatir, siendo vital para nuestra salud. Evitarla por completo es complejo, prácticamente imposible, pero sí podemos intentar que las sustancias perjudiciales estén menos concentradas tomando algunas precauciones sostenibles, podemos concluir que el aire en interiores puede tener más contaminación que el aire que respiramos en exteriores, es por eso que debemos protegernos contra sus efectos nocivos.
La contaminación en los hogares y en los espacios cerrados son intangibles al ojo humano, pero ahí están; los respiramos, vivimos rodeados de ellos constantemente, estando presente donde menos los podamos imaginar. En nuestra casa existen ftalatos, perfluorados, policloruros, toluenos, bencenos, xilenos, acetonas, formaldehidos, monóxidos de carbono, microorganismos, bacterias, entre otros, el problema es que la exposición cotidiana, frecuente y constante está afectando directamente la salud, según investigaciones de la Agencia Medioambiental de Estados Unidos y del Departamento de Ciencias y Biotecnología de la Universidad Ferrara, Italia y otras tantas Instituciones de relacionadas a la problemática.
Se puede encontrar contaminación donde menos lo pensemos, como puede ser en alfombras, macetas, jarrones, paredes, polvo, estufas, sanitarios, muebles, grifos, aislantes, ambientadores, cosméticos, perfumes, materiales para construcción, productos de limpieza, alimento, organismos volátiles, animales…valla la lista puede resultar extensa. Las investigaciones han relacionado estas sustancias que ponen en riesgo a la salud; tales como: problemas reproductivos, alteraciones inmunológicas, malformaciones congénitas, problemas cognitivos infantiles, alergias, asma. No, nos horroricemos, actuemos en precaución en prevención, aunque nos sentimos seguros en nuestro hogar, la contaminación dentro de la casa es peligrosa y desgraciadamente está donde menos podamos imaginar.
Cuidarnos es la mejor elección, tomemos medidas para reducir su presencia, tales como: tener una mejor ventilación, eliminar la concentración de humedad, optar por productos ecológicos o naturales, dejar de fumar, mantener la casa limpia, evitar introducir los animales al interior de nuestros hogares, estos aspectos suelen pasar por alto y es que en los interiores es donde pasamos la mayoría de nuestro tiempo, por tal motivo debemos de sensibilizarnos de que esta contaminación existe y saberla combatir es vital para nuestra salud. Concluyó que el aire en interiores puede tener mucha mayor contaminación que el que respiramos en los entornos externos por eso debemos protegernos contra sus efectos dañinos.