Por Ana Mireya Borboa
La motivación es un ingrediente importante para poder lograr nuestros objetivos y metas; pues es esa energía interna que te impulsa a la acción para el logro de estos y te da la fortaleza para hacerle frente a las adversidades. Con motivación nos volvemos creativos y emprendedores, pero también, con motivación nos volvemos perseverantes y valientes.
¿Qué pasa cuando aun teniendo tiempo para hacer las cosas o las tareas que sabemos tenemos que realizar, las dejamos de lado y luego nos inventamos un cúmulo de excusas para justificar el porqué de no hacerlas? La respuesta es: procrastinamos, o sea, posponemos y posponemos nuestras tareas o actividades. No accionamos en el momento, lo dejamos para después. ¿Para cuándo? Quién sabe. Algunas de las excusas que solemos decirnos son las siguientes: “es que no estoy inspirado”, “necesito estar plenamente concentrado”, “me siento exhausto”, “estoy muy cansado” o “no estoy lo suficientemente motivado”.
Las personas creen que para desarrollar sus tareas necesitan estar súper concentrados, con un estado de ánimo ideal y muy motivados. Pero la pregunta es: ¿cómo puedo motivarme? A continuación, te daré unas ideas para que logres poner en marcha ese motor interno, que, dicho sea de paso, nadie puede echarlo a andar más que tú, es tu decisión y puedes hacer lo siguiente:
Encuentra tus motivos, para algunas personas sus motivos puede ser su familia, algún ser querido, o algo con sentido individual. Pregúntate: ¿Para qué quiero alcanzar esta meta? Y encuentra las razones por la que quieres lograr. Algo muy importante es que sea tu meta, no la de los demás porque esas razones van a ser los argumentos que necesitarás para no dar marcha atrás, sobre todo, cuando sientas que los ánimos decaen. Te van a permitir perseverar en el logro de ésta.
Considera ponerte metas realistas y alcanzables, ya sean de corto, mediano o largo plazo; posteriormente divide tus metas en objetivos pequeños y haz un plan para lograrlos en tiempos cortos. Lleva a la acción ese plan, como son objetivos pequeños te será fácil cumplirlos y eso te generará una sensación de bienestar. Por cada objetivo logrado date una recompensa como, por ejemplo, ver un programa de televisión que te gusta, darte unos minutos de descanso, etc.
Cierto es que no todo es color de rosa y habrá momentos en que experimentes bajones donde la motivación por lo que se está haciendo desaparezca o escasee, pero no te preocupes, a todos nos pasa ya que la motivación es un estado de ánimo y por lo tanto, es variable. La clave es que retomes el camino y decidas motivarte.
Lo que te sugiero hacer es que en esos momentos no pierdas de vista lo que quieres lograr y que te visualices en dónde quieres estar en un futuro, ya sea este de corto, mediano o largo plazo, según tu meta establecida previamente. También te recomiendo que imagines, con lujo de detalles, que ya llegaste a tu meta y pongas mucha atención en cómo te sientes por haberla logrado, esto te permitirá retomar el sentido de la misma.
En conclusión, motivarte o aumentar tu motivación depende de ti, ya que esta es una energía interna que sólo tú puedes echar a andar.