Por Ana Mireya Borboa

Cuando hablamos de apego nos referimos al vínculo que se crea entre el bebé y sus progenitores o cuidadores, garantizando así la supervivencia del bebé. El apego es esa base de seguridad que es necesaria para que un niño desarrolle las facultades de explorar y aprender. Podemos decir entonces que el apego es un conjunto de emociones y conductas que se forman en los primeros años de vida y que permiten a un individuo permanecer junto a sus seres queridos, como los padres, hijos, cuidadores e inclusive la pareja sentimental ya que estos proporcionan la seguridad y protección que por naturaleza es necesaria y se busca. 

Cabe mencionar que este apego es el lazo afectivo más fuerte que un ser humano puede sentir por una persona y, este lazo se da con la relación diaria que el bebé o niño tiene con los progenitores u otros cuidadores durante su infancia, en la mayoría de las ocasiones, es la madre. Ahora, si a ese bebé o niño se le da todo en términos de afecto, entonces se le estará enseñando a confiar, a querer y a comunicarse con los otros e incluso será una persona que sabrá calmarse a sí misma y a equilibrar su estrés cuando sea necesario. 

Es importante decir que el apego es fuente de seguridad, pero también de inseguridad, esto dependerá de cómo es o ha sido la relación del bebé o niño con la persona que lo cuida: desarrollándose así cuatro estilos de apego que se mantendrán a lo largo de la vida: el apego seguro, el apego ansioso-ambivalente, el apego evitativo y el apego desorganizado.

En este artículo. De manera general, sólo hablaré del apego evitativo o evasivo y cómo se manifiesta en la etapa adulta.

El apego evitativo consiste en la dificultad o incapacidad que el adulto tiene para compartir los sentimientos con su pareja o con las personas que le son cercanas.

Los adultos con apego evitativo son personas que en su niñez tuvieron experiencias de rechazo de sus conductas de acercamiento y que además sus sentimientos y emociones no fueron comprendidos y menos aceptados por parte de la figura de apego principal y, además, sus necesidades no fueron satisfechas por sus padres, de tal forma que aprende a no confiar en el otro y adopta una actitud de autosuficiencia ya que cuando han pedido ayuda no han tenido una respuesta.

De adultos son personas que no muestran mucho afecto a su pareja o personas cercanas, prefieren guardar cierta distancia y no hablar mucho de ellos mismos y esto no se debe a que no lo sientan, sino que experimentan mucha dificultad para expresarlo ya que tienen un temor a ser rechazados por sentir que no valen, que no son lo suficientemente buenos y han aprendido a relacionarse sin exponerse mucho. Se esfuerzan en proyectar una imagen de seguridad que realmente están lejos de sentir y, otra característica importante es que estas personas dan a los otros el valor que a ellos les gustaría que les dieran. 

En conclusión, el apego es principalmente un vínculo emocional importante en el desarrollo del niño y cuando ese vínculo no es seguro porque los padres o cuidadores no responden a las necesidades del niño entonces, hablamos de apego inseguro y entre ellos está el apego evitativo.