Por Mónica Romero

Editado por el Fondo de Cultura Económica, ve la luz esta novela en 2020, con apenas 123 páginas y escrito magistralmente por la escritora argentina Raquel Robles, es un homenaje velado a Ricardo Piglia prolífico autor argentino que diera vida a más de una veintena de multipremiadas obras literarias.

Esta novela pareciera que está escrita para usted y para mí, para esos a los que nos corre por las venas sangre de letras, para los que amamos lo mismo una obra de Kafka o Poe, o una de Márquez o Fuentes, la escritora describe cada uno de los espacios donde se puede leer, en el tren, en un parque, en una plaza, en casa, un libro tiene la magia de poder ir contigo a cualquier lugar y siempre es una buena compañía.

Dividida en tres capítulos, narra la vida cotidiana de una mujer que influenciada por la lectura a primera vista puede parecer que lleva consigo un trastorno que le impide distinguir la realidad de la fantasía, suena como un Van Gogh de la lectura describiendo edificios cuadrados y calles empedradas de tal suerte que se funde con los claroscuros de la noche y los destellos del día.

Frenéticamente busca en las imágenes en los colores y los olores transmitir al lector la pasión de descubrir en cada espacio una fuente inagotable de inspiración.

“La mujer mira su pared. La constelación es ahora enorme. Planetas de autores, asteroides de frases, cientos de trayectorias unen unos con otros.”

Es una mujer que vive una vida común con una visión extraordinaria, nos lleva de la mano por emociones y razones que permiten unir a la literatura tradicional con la nueva forma de ver y describir las cosas.

Nos hace recordar lo que nuestros padres y abuelos nos enseñaron: “El libro se lastima con la punta afilada del lápiz.” Impidiendo con ello que rayáramos los libros porque era considerado “un sacrilegio”, pues para la protagonista de nuestro libro, esta última lectora llevar a cabo esta práctica es algo común e importante para capturar no solo en los costaos de las páginas de los libros, además de en servilletas u hojas todas esas imágenes que recrean la vida misma y que nos pasan inadvertidos per se. 

Este libro es recomendado para aquellos que tienen tinta en las venas y desean desbordarse en una calle, en un tren, en un parque de euforia imaginativa sobre lo que un autor o un libro pueden hacer en nuestras vidas.