La disciplina es un tema que generalmente preocupa mucho a los padres. Las decisiones de disciplina se deben de enmarcar en los valores de la familia. Existe un razonable consenso entre los expertos de que la disciplina más exitosa es la consistente, predecible, lógica (consecuencias lógicas) y que califica al acto y no al niño, demostrándole un afecto incondicional.

 

 

La disciplina es un tema que ocupa la mente y el corazón de los papás desde antes del nacimiento de los hijos. Nuestras actitudes al disciplinar, a veces no son conscientes. Nos traicionan los recuerdos del corazón: cómo nos trataron de chicos y cómo nos castigaron.   

Uno de los grandes retos de todos los padres es dar educación y formación a sus hijos, a través de establecer límites que regirán en la vida de un niño, y facilitarán su convivencia con los demás.

 

Los límites son las reglas y normas que esperamos en su conducta. Durante el crecimiento los encargados de poner los límites son los adultos cercanos a los niños, como padres, abuelos, cuidadores y maestros.

Los límitesson las reglas y normas que esperamos en su conducta. Son fundamentales para el desarrollo saludable de los niños. Establecerlos con amor y respeto es esencial para su crecimiento y bienestar. Aquí tienes algunas recomendaciones para instaurar límites de manera positiva:

  1. Enfoque positivo: En lugar de decirle a tu hijo lo que no debe hacer, comunícale lo que puede hacer dentro de los límites. Por ejemplo, en lugar de decir “no grites”, puedes decir “por favor, habla más bajo”.
  2. Un manejo de disciplina lógica, con consecuencias lógicas. Perdida del derecho del uso de algún objeto, perdida del derecho de estar en grupo.
  3. Firmeza y tranquilidad: Al establecer límites, hazlo de forma tranquila, clara y firme. Evita los gritos o comentarios negativos. La calma es clave.
  4. Explicación: No solo digas al niño que se porte bien; explícale cuál es la conducta esperada. Si comprenden el motivo detrás de los límites, es más probable que los obedezcan.
  5. Ofrece alternativas: Cuando apliques un límite, proporciona al niño una conducta alternativa aceptable. Por ejemplo, si no puede jugar con algo, ofrécele otra opción.
  6. No cedas: Si cedes en límites importantes, el niño aprenderá que puede influir y cambiar las reglas. Ayúdale a manejar la frustración ante prohibiciones.
  7. Calificar al acto y no al niño, mostrando afecto incondicional. Deja claro que desapruebas la acción, no al niño en sí. Sé firme pero no autoritario.

Recuerda que establecer límites con amor y claridad contribuye al desarrollo de la personalidad del niño y crea un entorno familiar positivo. ¡Cultiva un ambiente donde crezcan con seguridad y confianza!

PSIC. KARINA GUTIERREZ